
¡Por fin! Entra el correo que tanto esperaba Laura como agua de mayo. El mail de la salvación con los artes finales del flyer. Un momento… No, no puede ser… Aparece el icono de “archivo adjunto” pero no hay nada en el correo.
Laura nota un escalofrío que le recorre todo el cuerpo mientras gira la cabeza con desesperación hacia el puesto del creativo que le ha mandado el correo. Pero ya es tarde, se ha marchado.
Presiona muy fuerte y rápido la tecla Enter por si puede solucionarlo, pero era inútil, no hay escapatoria. O eso cree Laura que, decide a obrar un milagro, mira a la pantalla de su portátil y dice: “¿Hay alguien ahí? Si eres el adjunto que estoy buscando, por favor, manifiéstate”.

Ya las cosas olían mal porque había tenido que ser pospuesto en diversas ocasiones. La primera vez fue porque toda la plantilla del cliente se puso enferma por un brote de gripe. La segunda vez fue el recinto el que lo canceló por un problema de goteras y era inviable moverlo a otro espacio. En otra ocasión fue porque el “merchan” no había llegado y todos sabemos que un evento sin una tote bag, no es un evento. A aquel director de cuentas el evento se le estaba atravesando como un puñal en el corazón. Ya había pasado tanto tiempo que el concepto estival playero no tenía sentido en noviembre. Pero había que tirar adelante, sí o sí. No quedaba otra.
Llegó un momento en el que los astros se alinearon, las runas se mostraron favorables y las cartas no mentían: la suerte estaba de su lado. El evento se podía celebrar y todo estaba saliendo rodado. El Save The Date tuvo más confirmaciones que nunca. ¡¡Los KPIs!! Van a venir todos los medios citados, esto es una locura.
Qué pena que hubiera una “pequeña errata” en el Save The Date y el evento se celebrase un día antes de lo anunciado…

Un día, Jorge salió de casa y en el felpudo vio un flyer de “Niñera a tiempo completo” escrito en… oh, no, ¡Comic Sans, qué horror!. ¿A quién se le ocurre?, con lo bonita que es la Verdana, que tiene tantas salidas. Al poco, ¡¡Ringgg!!, le sonó el teléfono: era su tía Isabel que necesitaba un logo para su nueva mercería:
Jorge colgó enfadado al ver un “logo” de “Los Trapitos de Isa” en Comic Sans. El malagueño no podía con más horror. Cogió el metro abarrotado de gente y, cuál fue su terrorífica sorpresa, que la chica que tenía pegada llevaba una mochila serigrafiada con una frase positiva que estaba escrita en… adivina… ¡Comic Sans! Ese “Sonríe, que la semana pasa rápido” silueteada en la horrorosa fuente hizo que Jorge saliera despavorido del metro, llegando tarde al trabajo donde le esperaba una carta. Era su despido y estaba escrito en… No, esta vez era una Times New Roman, pero da más miedo un despido que la Comic Sans. ¿O no?

Nivel 0: Todo bien, gracias.
Cuando te envían el logo en formato editable. Suele pasar como un 1% de las veces y echas una lagrimita de felicidad.Nivel 1: En peores guerras hemos luchado.
No es editable, pero es un PNG con fondo transparente. Bueno, no podemos quejarnos porque este nivel de estrés es soportable.
Nivel 2: No me lo puedo creer.
¿Lo puedes coger de la web? Puedo si quieres usarlo para imprimir un azucarillo, no una lona de 3 metros de largo, gracias.
Nivel 3: ¿Y cómo sigue esta empresa viva?
Te lo paso en word y en ppt. Esto ya es un juego macabro para conseguir que el logo tenga algo de calidad. Y no sale bien.
Nivel 4: Me bajo de la vida.
El estrés máximo viene con un “cógelo de mi firma en este mail”. Aquí ya el tic nervioso del ojo hace que quieras dejar la profesión.

Pasa la diapositiva y aparece un icono de play sobre el que el creativo hace clic y mira contento al cliente. Pero el vídeo no va, se queda pensando. “Qué raro, si lo tengo dentro de la misma carpeta donde está la ppt. En mi ordenador sí que iba bien”.
Tras un par de segundos, que se hacen eternos, y falsas sonrisas entre todos, llega el momento del plan B.
Se abre el vídeo y la barra empieza a cargar muy rápido, pero lo único que se ve en pantalla es un fondo oscuro con una espiral de líneas que van rodando y rodando y rodando y rodando y rodando y rodando… El tiempo parece que pasa cada vez más lento y los clientes ya empiezan a bostezar.
¿Alguien que sepa de vídeo en la sala?